domingo, 29 de mayo de 2016

¿Cómo implementar el desarrollo de la Competencia Digital en el Centro?

Curiosamente, la respuesta es fácil y rápida: mejorando la competencia digital del profesorado y favoreciendo su transferencia en la práctica docente habitual. 
Ea, ya. Claro, ¿Y eso cómo se hace? 
Tradicionalmente, se ha dejado la formación del profesorado a su libre albedrío, y eso ha dado como resultado que aparezca un amplio espectro de conocimientos, saberes y habilidades de lo más disperso e incluso a veces "exótico", sobre todo cuando responde a unas necesidades igualmente amplias que van desde la mejora de su dominio de la materia que imparten, a cualquier asunto que pudiera ser homologable para la obtención de puntos, créditos, insignias u otra recompensa vaĺida que diera respuesta a sus expectativas, principalmente relacionadas con el ámbito puramente laboral. Ojo, que no critico, sólo refiero, y tal como están las cosas no parece inicuo poner los medios para mejorarla. 
Pero imaginemos el escenario prácticamente ideal de un grupo de profes realmente interesado en adaptarse a los tiempos, que han reflexionado sobre lo que hacen, lo que creen que deberían hacer, por qué, cómo y para qué. Ese grupo no es tal, sino un conjunto de personas que buscan solución a sus expectativas de mejora docente, porque los Centros en su mayoría siguen siendo archipiélagos de profesionales que intercambian experiencias y aprenden entre sí poco o nada. No hay costumbre, ni necesidad ni mucho menos tiempo o aliciente para ello. 
Sin embargo, a veces, los planetas se alinean o si no, se les da un empujoncito para que lo hagan. ¿Por qué no montar una formación en el propio Centro, con el profesorado colega con el que compartimos espacio, alumnado y Sala, y además haciéndolo tal cual queremos que ocurra en las clases? Si encima se consigue acreditar, ya es el cúlmen. Eso es lo que hemos hecho este curso en mi Centro, el IES Juan de Mairena, contando con el beneplácito y las restricciones burocráticas del Centro de Profesorado (CEP): hasta el final han llegado casi 40 profes que han llevado a cabo una formación en torno a la "Mejora de la Competencia Digital e Innovación Educativa", que ha girado en torno a un Aula Virtual en Moodle (alojada en el servidor centralizado de la Consejería de Educación y a la que podéis acceder como "invitado") y en una serie de sesiones presenciales de carácter mensual que han servido de punto de encuentro, trabajo cooperativo, aprendizaje compartido, merienda y retos para superar y aplicar en la práctica. Hemos ido volcando lo realizado en la plataforma Colabor@, en la que se puede encontrar el proyecto inicial y la memoria final. Para dinamizar todo ello, hemos contado con un Equipo de Coordinación Interno, porque la organización se ha hecho a partir de equipos de trabajo heterogéneos (¿os suena de algo?) que se han mantenido en contacto y se han apoyado mutuamente en el día a día, multiplicando el efecto que esas sesiones mensuales podían tener. 
Seamos realistas: no es la panacea ni mucho menos, pero además de una cierta mejora y un indiscutible aprendizaje, se han roto las barreras tradicionales de la formación puramente instruccional a la que tan acostumbrados estamos, aunque en principio chocó un poco las propuestas planteadas y, lo que es mucho mejor y finalmente nuestro objetivo: se ha incrementado considerablemente la aplicación de las TIC en la mejora de la adquisición de las competencias por parte del alumnado.
Hasta ahora, de lo mejorcito que he conocido, por lo contextualizado y potenciador de ese #ConocimientoCompartido que todavía tiene tanto camino por recorrer, y de ahí los hipervínculos de este texto, por si es de vuestro interés conocer la experiencia.

Marcadores sociales

Hace ya mucho tiempo que conozco su existencia y su utilidad, pero hasta que realicé un curso del INTEF relativo a Recursos Educativos Abiertos (REA) no empecé a manejarlos. Los marcadores sociales son uno de esos elementos que dan respuesta a las necesidades de selección y almacenamiento de información para poder tenerlas a mano y que, como tantos otros medios, se dejan pospuestos porque parece que son complicados o simplemente, seguimos haciendo lo de siempre, sin pararnos a pensar que dedicando un poco de tiempo inicial e incluyéndolos en nuestro universo mental, nos facilitaríamos la tarea. No sé por qué escribo en plural, cuando el problema es mío y hacerlo extensivo parece más una excusa que otra cosa. En fin, que me incliné por diiggo y evernote; aunque todavía no los uso a pleno rendimiento, en ello estoy.