lunes, 23 de octubre de 2017

Entre la realidad y el deseo

Aunque sea relativamente reciente la discusión acerca del desajuste entre los sistemas educativos y la realidad de la sociedad en la que vivimos, quienes hemos tenido que enfrentarnos a un proceso selectivo tipo oposiciones, somos conscientes de que viene de lejos ¿qué sentido tienen esos temarios mamotréticos e inconexos con la realidad de lo que necesita saber el alumnado? ¿qué se esta "dando" en las aulas y, sobre todo, de qué manera? Las opciones oficiales que se plantean desde la normativa, ya sea del gobierno central o el autonómico tampoco aclaran mucho el asunto, ya que además de sus contradicciones internas, no aportan medios para que el profesorado pueda formarse en una línea más acorde a lo que demandan los tiempos, sobre todo en las últimas décadas, en las que afortunadamente se han multiplicado las formas de aprendizaje, los lugares donde encontrar información, los foros de encuentro e intercambio de experiencias... 
El concepto de centro educativo está a años luz de lo deseable: aulas del siglo XIX con profesorado del XX y alumnado del XXI... Mala combinación que pide a gritos que se replantee desde la base. Los espacios educativos (no me refiero a escuelas, institutos y otros centros de enseñanza) actuales, con diferente grado de relevancia, son multiformes, dinámicos y muuuy variados aunque destaca entre ellos la realidad virtual que sirve de lugar de encuentro casi permanente, pero quizá uno de los principales problemas es quienes aprenden (aprendemos) en ellos a veces no somos conscientes de ese proceso de aprendizaje inherente al ser humano.
Pensar en los espacios educativos tradicionales desde otra perspectiva podría ser un magnífico comienzo para replantear el aprendizaje en sí mismo: aulas que no sean sitios hostiles y esencialmente poco estéticos, sino lugares cambiantes y con los elementos necesarios  que permitan la realización de actividades diversas, que faciliten el encuentro, que rompan la obsoleta distribución unidireccional que marca un determinado tipo de enseñanza... un lugar al que sea deseable volver cada día, en el que las paredes no sean muros: espacios abiertos y gestionados desde un profundo y real sentido de la democracia, en el que toda la comunidad educativa tenga cabida.

1 comentario:

  1. no quiero ser pesimista pero odio la visita inevitable del hombre/la mujer gris que nos diga a los nuevos "Momos" que mejoremos los resultados académicos... no obstante, y en tu defensa, debo reconocer que los cambios organizativos conllevan mejores resultados... lástima que sigamos funcionando como reinos de Taifas

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